Código Supremo no se explica: se hereda como una verdad antigua y se proyecta hacia lo eterno.
Es la fragancia del hombre que camina con principios firmes, que no necesita alzar la voz porque su presencia ordena el aire. Aquí no hay exceso ni ruido: hay ley, equilibrio y carácter.
La apertura es limpia y decidida, como un juramento silencioso al amanecer. Luego emerge un corazón profundo, sobrio, donde las maderas y las notas especiadas dialogan con calma y autoridad. El fondo permanece largo, serio y envolvente, dejando una huella que no busca agradar a todos, sino ser respetada.
Código Supremo es tradición convertida en poder moderno.
Un perfume que no sigue modas: establece reglas.
Porque lo supremo no se improvisa, se sostiene.
